La celiaquía es una enfermedad autoinmune que no presenta grados y
que lleva al paciente a ser intolerante a la proteína del gluten. Esta
patología tiene diferentes tipos y te decimos cuales son a continuación:
Celiaquía asintomática o silente: Como lo dice su nombre, no
presenta manifestaciones clínicas, pero quienes la sufren poseen las
vellosidades intestinales con atrofia y todas las pruebas son positivas.
Es un problema importante, porque muchas veces estas personas
tienden a saltarse la dieta más frecuentemente, o a sufrir
contaminaciones cruzadas sin tener conciencia de lo que padecen.
Celiaquía Refractaria: el diagnóstico de este tipo de celiaquía es más
frecuente en personas mayores a 50 años de edad. Estos pacientes
después de retirar el gluten de su dieta siguen presentando síntomas hasta
seis meses después. Posiblemente es la más peligrosa, y a su vez, se
deriva en la celiaquía refractaria tipo 2. Los pacientes diagnosticados
con la ramificación de celiaquía pueden desarrollar más fácilmente un
linfoma.
Celiaquía clásica: Es la más común, y los síntomas de las personas
con este tipo de celiaquía varían desde los vómitos a la diarrea,
problemas en la piel, cansancio, cambios en el comportamiento, y hasta
anemia.
Celiaquía latente: Es la más rara de los tipos de celiaquía. Los
pacientes que son diagnosticados con esta variante son aquellos que
consumiendo gluten son asintomáticos y tienen una mucosa intestinal
normal. Las personas diagnosticadas con esta primera clase de
celiaquía en la infancia, se recuperan con la dieta sin gluten
permaneciendo después en “estado subclínico”; y los que previamente
han tenido una mucosa intestinal normal, después desarrollan la
enfermedad.
Celiaquía potencial: A pesar de contar con una genética positiva,
éstas personas no presentan daños en la mucosa intestinal.
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Fuente: knowi.es